¿Qué es el bed rotting?
En los últimos años, el fenómeno del «bed rotting»; ha ganado popularidad, especialmente entre jóvenes en redes sociales. Esta práctica, que implica pasar largos períodos en la cama, a menudo con el uso de dispositivos electrónicos, puede parecer inofensiva o incluso relajante. Sin embargo, sus efectos negativos son profundos y pueden tener implicaciones serias para la salud mental y física. A continuación, exploraremos algunas de las consecuencias de este estilo de vida.
Todo esto surge de una confusión entre el bienestar de aprender a no reaccionar y lo insano que resulta no hacer nada. No es lo mismo «no hacer nada» que «no reaccionar».
Es importante recordar que siempre estamos en acción, incluso al dormir. Dormir es un verbo, es una acción que para alcanzarla uno debe de aprender a no reaccionar a tantas cosas.
El descanso llevado al límite, perjudicial a nivel físico y psíquico
Por ello, para nuestro bienestar emocional, debemos elegir con cuidado las acciones que emprendemos. Una de las más difíciles es aprender a hacer activamente «nada» respecto a lo que nos preocupa o genera estrés. Para lograrlo, es fundamental fortalecer nuestra atención y dirigirla hacia tareas que no estén relacionadas con permanecer en la cama durante todo el día, como si estuviéramos enfermos.
La cama debería utilizarse exclusivamente para dormir. Es absolutamente contraindicado usarla para otros fines, ya que condicionar el espacio de nuestro dormitorio con actividades de vigilia promueve alteraciones en el sueño. El sueño, crucial para nuestra salud mental, se logra cuando somos capaces de, por un tiempo, no reaccionar ni actuar; simplemente quedarnos quietos hasta que nos dormimos. Aquellos que intentan controlar el sueño a menudo se encuentran con que este se les escapa, lo que puede llevar a sufrir insomnio.
Por lo tanto, es esencial cultivar un ambiente que favorezca el descanso y la calidad del sueño. Esto implica crear una rutina que separe claramente las actividades diarias de los momentos de descanso, promoviendo así una relación más saludable con el espacio donde dormimos. En lugar de sucumbir a la tentación del «bed rotting»;, debemos aprender a ocupar nuestro tiempo de manera activa y positiva, fomentando un estilo de vida que priorice nuestro bienestar integral.
Efectos negativos del bed rotting
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Adicción a redes sociales y videojuegos
La tendencia a permanecer en la cama a menudo va de la mano con el consumo excesivo de redes sociales y videojuegos. Esta adicción puede generar una dependencia que reduce la capacidad de los individuos para establecer conexiones reales y saludables con su entorno. La gratificación instantánea que proporcionan las redes sociales puede crear un ciclo de dependencia difícil de romper.
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Alteración del sueño e insomnio
Pasar largas horas en la cama sin dormir puede alterar los patrones de sueño. La exposición a pantallas antes de dormir dificulta la conciliación del sueño, aumentando el riesgo de insomnio. La calidad del sueño se ve comprometida, lo que puede tener un efecto cascada en la salud física y mental.
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Aislamiento social
El bed rotting tiende a fomentar el aislamiento social. Al centrarse en la vida digital, las interacciones cara a cara se vuelven escasas. Este aislamiento puede llevar a una sensación de soledad y a una disminución de habilidades sociales, afectando la capacidad de los individuos para relacionarse con los demás de manera efectiva.
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Aumento de la rumia
El tiempo prolongado en la cama, a menudo sin distracciones saludables, puede dar lugar a la rumia. Este proceso mental, que implica pensar excesivamente sobre problemas o situaciones, puede intensificar sentimientos de ansiedad y depresión, agravando el estado emocional de la persona.
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Sedentarismo
El sedentarismo es una consecuencia directa del bed rotting. La falta de actividad física no solo afecta la salud física, sino que también puede contribuir a problemas de salud mental, como la depresión. La inactividad limita la liberación de endorfinas, que son esenciales para el bienestar emocional.
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Escapismo y resignación
El bed rotting puede ser visto como una forma de escapismo, donde los individuos buscan evitar la realidad a través de la inacción. Esta resignación puede llevar a una disminución de la motivación y un aumento de la ansiedad y la depresión, así como a trastornos de la conducta alimentaria y dependencia tecnológica.
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Alteración en la nutrición y ciclos de sueño
La vida sedentaria y el aislamiento a menudo conllevan hábitos alimenticios poco saludables. El descuido de la alimentación puede provocar deficiencias nutricionales, mientras que los ciclos de sueño irregulares afectan el rendimiento diario y la salud en general.
Recomendaciones para contrarrestar los efectos negativos
- Ejercicio físico: La actividad física regular no solo mejora la salud física, sino que también reduce la rumia y mejora el estado de ánimo.
- Interacción social: Fomentar interacciones cara a cara puede ser más motivador que la búsqueda de aprobación en línea. Un elogio personal tiene un impacto mucho más positivo que un «me gusta» en redes sociales.
- Contacto con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre tiene efectos positivos en la salud mental. La naturaleza puede ser un bálsamo para el estrés y la ansiedad.
- Alimentación saludable: Una dieta equilibrada no solo beneficia el cuerpo, sino que también impacta positivamente en la salud mental.
- Meditación y atención plena: Aprender a meditar o realizar actividades que fomenten la atención plena puede ayudar a redirigir la atención hacia pensamientos y acciones más positivas, como comentan entidades de prestigio como Sleep Foundation. Esto puede incluir desde respiración consciente hasta disfrutar de la música o la lectura.
En definitiva, la moda del bed rotting puede parecer una forma inofensiva de pasar el tiempo, pero sus efectos negativos son profundos y pueden comprometer la salud física y mental de quienes lo practican. Es esencial fomentar una vida activa y social, y aprender a desconectar de las demandas digitales de manera saludable.
La clave radica en entrenar nuestra atención para no dejarnos abrumar por pensamientos perturbadores, ya sean propios o derivados de un contexto desfavorable. Es fundamental enfocarnos en el aquí y el ahora, en el presente, para liberarnos de las lamentaciones sobre el pasado y de la ansiedad por el futuro. ¡Carpe diem! Aprovecha el momento, disfruta de tu día y otorga atención y poder a tu presente.
Júlia Pascual Psicóloga, directora del Centro Júlia Pascual.